sábado, 21 de noviembre de 2009

19


A pesar del anillo que me emocionó no tanto por su valor sino porque le imaginaba entrando en la joyeria, escogiendo uno determinado (ya sabes lo que piensa las cosas Emilio), preparando el detalle. Todo eso me hacia sentirme fenomenal aunque solo habia una cosa que me haria feliz "se acabó".

Por la forma de ser de Emilio sabia que eso no se produciria, dejaria que la cosa se fuera diluyendo para que yo entendiera que habia optado por mí. Pero a mi no me bastaba, aquella cara la tenia pegada a las neuronas.

Una noche tuve una pesadilla, me desperte llorando a gritos, tanto, que Emilio se despertó, ¿niña, que te pasa...?- Nada tenia una pesadilla soñaba que ella se quedaba embarada para retenerte y me dió tanto miedo...

El intentó calmarme, me decia eso no a pasar nunca olvidalo, mientras me mimaba para que olvidara. Al dia siguiente comencé a pensar que si aun estaba con ella podria comenzar a darse cuenta no de lo que ocurria sino de lo que podia ocurrir.

Como veras yo era una montaña rusa, por un lado me sentia culpable,(eso siempre fue asi) de lo que le pasó y por otro lado bajaba a los infiernos, para querer hacerle daño.

Con las charlas él me habia convencido que no hubiera pasado nada si yo no le hubiese agobiado para que aceptase su marcha a la Argentina, si el ultimo tiempo discutiamos por los problemas economicos de los que yo le hacia responsable por haber dejado que perdiesemos nuestra casa (cosa que era verdad).

En fin que era una montaña rusa, disimulando sentimientos. por eso creo que mi salud se iba resintiendo, de esa idea aún no me he recuperado.


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