sábado, 21 de noviembre de 2009

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Mi querida Helena:
Corrian los primeros dias de julio, no recuerdo bien la fecha y en Madrid, ya sabes hacia un calor insufrible, no sabes lo raro que me parecia que donde ibamos fuese invierno...en fin, el viaje en avión casi me mata del susto, no se si sabes que yo solo habia montado una vez a Canarias en el viaje de novios y la verdad se me habia olvidado, de modo que en esta ocasión al despegar el corazón se me subió a la garganta.

Durante las once horas que duró el viaje Emilio no despegó los labios, solo una vez cuando el avión entró en zona de turbulencias y yo ya no podia más de miedo, me dijo "quedate tranquila esto pasa siempre cuando se sobrevuela San Pablo". En cuanto a Pablo, tenia una especia de caos entre el miedo a lo desconocido y la sensación de vivir una aventura.

El caso es que llegamos a Ezeiza(el aeropuerto), como te explico la sensación? . Cuando la puerta del avión se abrió un olor especial (que aun hoy no he olvidado) inundó mis sentidos. Buenos aires huele a sal, a humedad, a jazmines, entonces no hubiera sido capaz de describirtelo.

Cogimos las maletas y al salir, habia hombres que se te acercaban y te decian bajito, remis señor?, auto?, yo no entendia nada, Emilio me decia vanos no contestes y yo tuve la sensación de Berlín en los años 30, o que la policia iba a intervenir en cualquier momento...menos mal que al final de mis cartas verás el amor que tuve por esta tierra, pero sigamos..

Emilio, habia dejado el coche en el aeropuerto, asi que cargamos las maletas y empezamos la aventura. Recuerdo que le dije Emilio, no vayamos a la casa dame una vuelta para ver la ciudad. El sin ganas me dijo esta bien vas a ver lo que es Buenos Aires.

Me llevó al barrio de San Miguel, me mostró las villa miseria, en fin me mostro el otro Buenos Aires donde no van los turistas, a pesar de todo, recuerdo que le dije, pues me gusta, voy a ser feliz en esta ciudad, no sabia lo que me esperaba.

Al llegar habia quedado con unos amigos, parece ser que el departamento de Emilio era muy pequeño y al llegar yo se habia cambiado al de estos amigos, que por cierto estaban tan serios como él. Era una pareja, ella le dió una sábanas y le dijo que las habia recogido de la tintoreria....

Tomamos algo con ellos y subimos al piso. Casi me desmayo, era un lugar oscuro, pequeño y al llegar a la cocina la lavadora habia que sacar la ropa y aclararla a mano, "no hay automática", no dijo Emilio, ya te lo advertí, Bueno es igual, ya que habrá que apañarse, no pensaba darme por vencida tan pronto.

Los amigos trajeron cosas para hacer una "picada" y cenar, me miraban raro, porque yo estaba muy cariñosa con Emilio, le hacia bromas, bailaba con él y a ellos se les veia que no sabian que hacer..

Cuando por fin se fueron y Pablo se habia ido a dormir, abracé a Emilio y mirandole a los ojos le dije la quieres?, las lágrimas de él luchaban por no salir, pero calló y yo supe que aquel viaje me deparaba un infierno. Me fuí a dormir y dejé la conversación mas importante de mi vida para el dia siguiente, cuando tuviera fuerzas para digerir lo que venia....

Hasta mañana mi querida Helena.

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